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Martires de la fe 

El grupo de los Mártires Oblatos está encabezado por el Beato Francisco Esteban Lacal. Encabeza el grupo, no sólo por ser el Superior provincial, quien, esclavo del deber, se dirigió valientemente a los fusileros para pedirles como última gracia poder abrazar (dar la absolución) un por uno a sus compañeros de martirio, proclamando después, e nombre de todos, su fe y ofreciendo el perdón a los verdugos;

sino también porque ya en vida tenía fama de santo, como se puso de relieve en los testimonios del proceso diocesano de canonización.

 

A los Siervos de Dios los van deteniendo poco a poco y los van recluyendo en la Cárcel Modelo y es precisamente ahí, en el infortunio, donde, expresando de manera clara sus profundas convicciones evangélicas, se animaban mutuamente y animaban también a otros. Todo ello, en cuanto les era permitido, desde la oración y la vivencia con espíritu de fe de las humillaciones y malos tratos de que eran objeto. Teniendo en cuenta que en el mes de noviembre en Madrid el clima, a veces, es frío, en la cárcel se hacía intensamente frío por carecer del indispensable abrigo, ya que de lo poco que podían disponer hacían participantes a otros que les parecían más necesitados. Recuerdo que el Padre Francisco Esteban hizo entrega de su propio abrigo a uno de sus compañeros de prisión. 

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