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Las bellas manos que cortaban las flores del huerto han desaparecido ya hace tiempo. Hoy solo quedan en la casa un hombre y un niño. El niño anda solo por el jardin, por la calle, por el patio Desde que muro la madre nadie se preocupa del niño. Sabemos que no siempre podemos hacer lo que queramos, porque no siempre podemos tener el contro en nuestras manos. 

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